miércoles, 8 de julio de 2009

negras follando gratis

Ya me había hartado de que me comparara con mi primo, estaba tan molesto que le di una nalgada que le arrancó un gemido, luego otra, y otra, al final estaba azotándola, para que aprendiera a respetarme, debía tener un castigo por portarse mal.

- Me gusta que me pegues Daniel, hazlo, me porté mal, castígame. - Fuiste mala y eso merece un castigo - Sí, lo merezco, nalguéame más, haz que me arrepienta.

Después de un rato de estimulante sadomasoquismo, sus lindas y duras nalguitas estaban enrojecidas por mis nalgadas, ya yo estaba demasiado excitado y Samantha también, ella misma separó sus nalgas para darle entrada a mi pija que estaba tan dura como nunca antes. Apunté hacia la entrada y la fui introduciendo, al entrar la cabecita le tapé la boca para que no gritara, luego poco a poco se la fui clavando. Estaba tan estrecho y caliente que me sentía en el cielo, por fin le cupo todo, ella comenzó a moverse, me di cuenta que con ella no había que tener consideración y comencé a metérsela y sacársela, después de un ratito ya no había roce, estaba lubricado y comencé a cabalgarla de nuevo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario