El tipo empujó otro poco y la pija entró hasta la mitad.
-¡Aaaahhh!… hijo de puta, ¡qué verga tenés!, mandámela despacito que me partís. - Quedáte quieta que te entra bien, decía él.
Empujó nuevamente y más pija entró en la conchita que ya se estiraba.
- Ahh; Ahhh; Ahhh; Ayyy!!, Gemía y jadeaba Vero que poco podía hacer más que aguantar las embestidas por la posición en que se encontraba. - Sacámela, sacámela ahora, no la aguanto, me está tocando fondo.
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